El activista anticaza que disfrutó comiendo un chuletón critica a los cazadores

Reconoce ser un activista que lucha por el derecho de los animales buscando la prohibición de la caza y mofándose de la muerte de toreros, pero sabe lo que es zamparse un buen chuletón.

Un cazador tinerfeño destapa uno de los casos en los que Cristo Gil, como «rescataperros», graba un vídeo de perros de caza, lo sube a las redes sociales criticando y se olvida de ellos.

Redacción | En su perfil de Facebook declara ser un activista que lucha, en este orden, «por el derecho de los animales y las personas». Apoya los movimientos contra la caza y contra los cazadores, y también comenta con sarcasmo la muerte de toreros en la plaza. El pasado 31 de enero publicó una encuesta consultando si debería prohibirse la caza con podencos y galgos. Las redes sociales son su campo de batalla particular. Se llama Cristo Gil y utiliza Internet para lanzar los mensajes anticaza propios de un animalista. Ahora, estas redes invisibles de comunicación le han traicionado difundiendo unas fotos suyas: disfruta comiendo chuletones, chuletas y perritos calientes.

Cristo Gil es un animalista tinerfeño sumado a las campañas contra la caza y los cazadores. Dice ser presidente de una plataforma, la «brigada de rescate animal Orión». Tanto en redes sociales como en una web que lleva su nombre dice ser defensor de los derechos de los animales y estar en contra del maltrato animal. Critica la caza y a los cazadores. «Son incontables los casos de maltrato que llegan de éstos deportistas de élite, donde se salvan muy pocos… ¡No podemos permitir que se le siga haciendo esto a una de nuestras razas autóctonas!», escribe para referirse a un vídeo que ha grabado en la isla en el que se ve a unos podencos atados dentro de una caseta de bloques. Dice que son de un cazador y termina con este comentario: «¿Ahora entienden por que los refugios están llenos de PODENCOS?».

Encuestas contra la caza

Las encuestas que pululan estos días por las redes sociales y que ponen en duda las actividad cinegética, buscando su prohibición, están obteniendo resultados negativos. El «no» ganó por goleada en la que lanzó la responsable del Partido Animalista Pacma (obtuvo un resultado rotundo del “no” con un 73%) y, a falta de menos de 15 horas para que concluya, lleva el mismo camino la que ha publicado Cristo Gil. La votación continúa con un incremento del «no» frente al pretendido «sí» que buscan obtener este tipo de consultas animalistas, votos a favor de la prohibición que van disminuyendo.

El animalista tinerfeño se dedica a recoger perros de distintas razas abandonados, pero hace especial mención a aquellos que se pueden asociar a la caza, como son los podencos y los galgos.

La muerte de un torero y un chuletón

Este activista de corte animalista, además de pronunciarse en contra de los cazadores y su legal actividad, no lamenta la muerte de toreros en la plaza. Así, publicando una imagen de la fatídica cogida a Iván Fandiño, comentó: «… esta vez le tocó al hombre. Es lo que tiene el arte». Aquel aciago 17 de junio de 2017, Cristo Gil pareció alegrarse de forma socarrona de la muerte del maestro en la plaza francesa de Aire-Sur-l’Adour.

Antitaurino, vegano y anticazador. Gil comenta junto a una imagen subida a las redes lo que es una de sus cenas, dirigiéndose a los cazadores como seres paleolíticos y afirmando que él no come nada que provenga del animal. Y hace el siguiente comentario: «¡la humanidad se puede alimentar sin necesidad de matar a nadie!». Queda patente su humanización de los animales.

Pero este animalista ha disfrutado con los platos que le preparaba su abuela, como unas chuletas con patatas fritas, o frente a cinco perritos calientes. No se conoce la fecha de publicación de estas y otras fotos, como en la que aparece Gil sonriente frente a un gran chuletón, porque parece haberlas borrado de su Facebook. Ante el plato de chuletas con patatas fritas que le prepara su abuela, comenta: «Es lo que pasa cuando vengo a casa de mi abuela. Dieta 0».

Parece que este animalista radical se ha pasado de un extremo al otro, y tras disfrutar ante un buen chuletón, ahora reniega de todo ello.

El «rescataperros»

Un cazador insular destapó en 2017 un caso en el que el activista Gil se proclama «salvador de los animales» de cara a sus seguidores de Facebook, pero posteriormente se olvida de los animales y no obtiene ninguna respuesta de los animalistas simpatizantes.

A principios de julio del pasado año, Gil y un amigo se presentaron en una perrera y, sin pedir permiso al dueño, grabaron a sus perros de caza diciendo a uno de ellos «no te preocupes, te vamos a sacar de aquí». El animalista graba también otros dos que considera erróneamente de la raza pointer, comentando que van a buscar «una familia para estos perritos».

El cazador Jorge Alonso Baez se enteró de lo sucedido y consiguió localizar al propietario de los perros. El 1 de agosto de 2017 grabó un vídeo en las instalaciones a las que Gil acudió, y grabó sin permiso de su dueño, y a las que nunca regresó. El dueño de los perros reconoció a Alonso Baez que estaba sufriendo «un acoso y derribo» por parte del sector animalista, y el cazador optó por tomar una decisión él mismo. «Los cazadores no somos la clase de gente que algunos quieren hacer parecer», afirma.

El cazador reconoce que en todos los colectivos «hay gente buena y gente mala, y el nuestro no es diferente», pero recalca que no es «ni de  lejos» lo que el activista Gil y otros simpatizantes animalistas quieren hacer creer a la sociedad.

En este caso concreto, el cazador tinerfeño se cuestiona que Gil tenga miles de seguidores en las redes sociales (actualmente más de 9.000) y no consiguiera «un sitio, un hogar» para los perros, mientras él recibió llamadas de forma inmediata de otros cazadores que se preocuparon por los perros. «Yo no tengo seguidores ni los quiero, no me hacen falta, pero tengo 6.000 compañeros cazadores en Tenerife, más de 15.000 en Canarias y más de 1 millón en España que, a la hora de dar la cara, son los primeros que están ahí para ayudar sea cual sea la necesidad», afirma el cazador.

Alonso Baez acusa al animalista Gil de «hacer trampas» y ser un «rescataperros» por prometer lo que no hace y vender una imagen falsa en las redes sociales. Finalmente, los falsos pointers quedaron en manos del cazador tras ser cedidos por su dueño con el fin de que cesaran los ataques animalistas, y el autor del vídeo advierte: «Que se vea la clase de personas que hay por ahí, aprovechándose de la buena fe de la gente, mintiendo sobre el estado de los perros y en contra de la caza, porque lo único que buscan es hacer daño a la caza y que nos pongan a los cazadores como maltratadores y asesinos».

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