La frenética berrea del ciervo en un tiempo de caza selectiva
Entrado el mes de septiembre, los montes se encienden con el celo del ciervo y la frenética actividad que los machos desarrollan en este periodo con el fin de dejar su simiente. Es un tiempo de observación, de escucha, de caza.
Redacción | La berrea es el periodo de celo del ciervo, fenómeno biológico que suele tener lugar en plenitud durante la segunda mitad del mes de septiembre y primera de octubre. Los machos de venados braman para defender sus territorios y acaparar el mejor harén de ciervas. Los grupos de macho y hembras se solapan y sus límites son delimitados por los venados haciendo los denominados «paralelos». Cada macho mantiene un grupo de hembras, y cuanto mayor sea más se repartirá la simiente de ese ejemplar y, por tanto, su genética y dotes de supervivencia de la especie.
Durante los «paralelos» y a la hora de mantener los territorios, los ciervos se miden las fuerzas y el momento más vistoso es cuando se enfrentan con las cornamentas. Durante todo el ciclo de berrea, con las peleas, el mantenimiento de los territorios y las numerosas cópulas, los machos llegan a perder una buena parte de su peso y necesitan tiempo y descanso para recuperarse.
Además del espectáculo natural que supone el tiempo de berrea, este periodo genera un atractivo turístico que revierte económicamente en aquellas zonas que lo promocionan y desarrollan. La caza en berrea, por su parte, es un método de gestión óptimo para capturar aquellos venados que han sobrepasado su plenitud y se encuentran en decadencia.
Además de aquellas áreas de monte mediterráneo que tienen asociadas este ciclo, hay otras donde los venados también llenan los aires de berrea y celos.
Berrea en Ávila y Teruel
En la vertiente norte de la Sierra de Gredos se desarrolla un programa entre el 22 de septiembre y el 15 de octubre que «apuesta por una alternativa turística de única y de calidad, adaptada al paisaje y a los tiempos biológicos naturales». Los asistentes realizarán salidas nocturnas en grupos para escuchar la berrea, pudiéndose alojar en chozos de pastores que han sido rehabilitados y dotados de energía por autosuficiencia.
La iniciativa también prevé disfrutar de la gastronomía local y asistir a charlas ambientales sobre la observación de fauna, las formas de vida en Gredos y sus tiempos biológicos naturales.
La sierra de Albarracín es otro de los escenarios que ofrecen ver uno de los fenómenos «más vistosos y emocionantes de los que nos ofrece la naturaleza». La alcaldesa de Orihuela del Tremendal, un municipio de la provincia de Teruel, explica que la berrea es tan fuerte y próxima a la localidad que a veces puede escucharse desde las mismas casas. Rosa Mª Sánchez afirma que la Reserva de Caza de los Montes Universales cuenta con «una importante población de ciervos con ejemplares de buen porte».
La edil reconoce que «escuchar y vivir la berrea no es algo de lo que se pueda disfrutar todos los días y de una manera tan cercana».
La caza selectiva en berrea
Durante la berrea del ciervo, los machos salen del monte con el afán de copular con un numeroso grupo de hembras y así poder transmitir su genética. Año tras año, el ciervo va renovando su cornamenta y, en función de la genética y la alimentación, va configurando un trofeo de caza muy demandado por los cazadores cuando alcanza buenas longitudes y grosor. En definitiva, unas buenas hechuras. Este desarrollo de la cuerna se estanca en un momento de la vida del venado, a partir del cual ya entra en regresión. Es el momento óptimo para dar caza a estos grandes machos. Es el momento de hacer caza selectiva, y esto tiene mucha importancia desde el punto de vista biológico de la especie.
El dinero que un cazador está dispuesto a desembolsar por cazar un ciervo depende mucho de la zona y del animal a abatir. ¿Cuánto cuesta cazar un ciervo? Un ejemplar joven y selectivo puede rondar los 500 euros mientras que un animal de más edad y en su máximo esplendor puede llegar a valer varios miles de euros. La Sierra de la Culebra, la Sierra de Cameros o los Montes Universales son algunas de las zonas de la península abiertas para la caza del ciervo.
La gestión en tiempo de berrea
Un estudio del departamento de Anatomía, Biología Celular y Zoología de la Universidad de Extremadura, realizado por Leticia Castillo y dirigido por el catedrático Juan Carranza y por el investigador Pedro Fernández Llario, estableció que el manejo cinegético de los ciervos tiene un importante efecto en la salud de los animales. A finales del verano, cuando los recursos escasean, los ciervos se enfrentan al periodo de su ciclo biológico que más le desgasta.
Tras haber visitado 20 fincas de la Sierra de San Pedro y del Parque Nacional de Monfragüe, Castillo comprobó que la época de berrea, en la que se produce una agregación de animales y se desarrolla al final del verano, la alimentación suplementaria es necesaria, pero si no se realiza de forma correcta puede provocar consecuencias negativas. Una alta agregación de animales supone transmisión de enfermedades, más peleas y roturas de cuernas. El estudio concluye que estos inconvenientes se podrían solucionar si se emplearan comederos fijos e integrados en el territorio que siempre dispusieran de alimento. De esta manera, los ciervos podrían comer sin aglomeraciones y evitar parasitaciones y otras consecuencias negativas.