Las acciones de caza se duplican en Orense para hacer frente a la sobrepoblación de jabalíes
El presidente de la Federación de Caza de Orense explica que han sido más de 300 las batidas y esperas de jabalíes celebradas este año.
El control cinegético de la cada vez más desbordada población de jabalíes en la provincia se presenta cada año como más necesario, según los datos que manejan desde la Asociación Provincial de Caza. «En este último año hemos tenido más de 300 esperas y batidas, cuando hace escasamente cuatro años eran la mitad», certifica el presidente de los cazadores provinciales, Antonio García Reinoso. Añade que «en la provincia de Orense es donde hay más peticiones de este tipo de cazas puntuales de toda Galicia».
Un estudio publicado recientemente por el European Journal of Wildlife Research destaca precisamente el papel esencial de la caza para regular la población de jabalíes en España. En concreto, se trata de un estudio llevado a cabo por la Universidad de Barcelona, según el cual la población de este mamífero en el noroeste del país aumentó un 20% en los últimos años, y eso a pesar del incremento de las batidas de caza.
Esto provoca diversos daños colaterales. Por ejemplo, de los 1.135 accidentes de tráfico provocados por animales sueltos en las carreteras de la provincia en 2016, nada menos que 655, un 57,7%, tuvieron por protagonistas a jabalíes
«El abandono del campo está llevando, desde hace 20 o 25 años, a que los jabalíes se acerquen cada vez más a los cultivos y las zonas pobladas en busca de comida», señala el presidente de los cazadores ourensanos. Recuerda, por otra parte, que «hace 30 o 40 años la población de jabalíes en la provincia no era tan abundante como lo es en la actualidad». Añade que no es la única especie que ha medrado exponencialmente. «El corzo también ha visto como se incrementaba de forma importante su población en la provincia de Orense en los últimos años y está empezando a ocasionar problemas», señala.
Otro de los aspectos que parecen influir en esta proliferación, además del abandono cada vez más acusado del rural por sus pobladores, es la drástica reducción del que sobre el papel es su único depredador natural: el lobo. «Aunque los expertos dicen que la población de lobos se recupera, la verdad es que las camadas de jabalíes siguen creciendo año a año», señala Reinoso.
Xosé Ramón González, de Unións Agrarias, hace hincapié en el daño que provoca en los cultivos e indirectamente, a través de la destrucción de plantas forrajeras, en la ganadería la elevada natalidad de estos animales. «Hay daños considerables en maíz, huertos, patatas…. es un auténtico problema», señala. Añade que desde los sindicatos agrarios ya han pedido «por activa y por pasiva que se tomen medidas porque el problema está desbordando a los productores».
Daños en cultivos
Laura Rodríguez, portavoz de la Asociación de Empresarios Ganaderos y Agricultores de La Limia (Adegal), coincide en la necesidad cada vez más acuciante «de un control cinegético de la población de jabalíes, que en nuestra comarca ha ocasionado cuantiosos daños en los últimos tiempos».
Recuerda, por otra parte, que aunque en La Limia el hozar de estos animales ha perjudicado sobre todo a sus cultivos esenciales, patata o cereal, «en otras zonas de la provincia ha perjudicado de forma seria a producciones tan importantes como la del viñedo».
Apunta, además, que aunque la Junta de Galicia provee de ayudas por daños de estos animales, «estas llegan tarde y, en muchos casos, son insuficientes».
Por ello considera que la mejor fórmula para evitar los daños producidos por este animal, ante la escasez de su depredador natural, son las partidas de caza puntuales, que requieren de un permiso especial de Medio Ambiente.
Informa Gonzalo Gay para laregion.es