¿La Bardena sigue siendo nuestra?

28 diciembre, 2016 • Opinión

Quizás algunos debamos remontarnos a nuestra infancia, donde hemos conocido gracias a nuestros padres y abuelos algo que llevamos dentro y que forma parte inconscientemente del conjunto de experiencias y vivencias que con el paso de los años forjan nuestro carácter. Son nuestros felices tiempos vividos en la “Bardena” (la pongo en mayúsculas porque es tal la huella dejada en muchos de nuestros mayores y en nosotros que creo se lo merece).

Hoy en día salir en particular a cazar a la “Bardena” es un cambio de experiencia vital quizás asociado al ritmo en el que hoy en día surgen y se hacen las cosas, a las actividades que nos rodean y que contaminan este paraje maravilloso lleno de tranquilidad y que goza de un status único. Un status lejos del yugo restrictivo de lo foral, gobernado por una junta permanente pero que ha resultado ser igual o peor que este. Esta permanente en teoría debería velar por el uso y disfrute de él que todos los “bardeneros” tenemos derecho. Un derecho real que son iguales en importancia agricultura, ganadería, pastos y leña. ¿Es un derecho como tal defendible en juzgado? ¿Cada ciudadano de un ayuntamiento es poseedor de un derecho? Hace mucho tiempo que quizás había que haber tomado las riendas de la Bardena de otra manera. Las ingentes cantidades de dinero proporcionadas por el ministerio de defensa nunca han debido ser repartidas entre los ayuntamientos, si no entre los aprovechamientos -y en concreto la caza los necesita hace mucho-. Una repoblación de nuestras especies autóctonas con buena genética (si no qué sentido tiene tener una plantilla de 4 guardas y uno o dos biólogos) para contar… ¿qué? ¿Dónde está el límite del conservacionismo? Zorros, cigüeñas, cuervos… La biodiversidad de la auténtica bardena se ha deteriorado por completo, la agricultura y ganadería intensiva están degradando lo poco que nos queda en el recuerdo. En la permanente se plantean retos y no precisamente los de los “Aguilares”. Un plan de acción conjunta a 5 años de repoblación de especies y vegetación autóctona -y si no lo es (autóctona) que pueda aportar comida y sombra a las diferentes especies).Un sistema de embalsado y elevación de aguas para regar por goteo y tener zonas verdes de pasto para los animales salvajes.

Nuestra Bardena, a tenor de lo visto este año está en S.O.S y mientras los dueños de esos derechos antes mencionados no los hagamos valer, me parece que la vamos a perder. El giro debe de ser de 360 grados. No es justo que solo los cazadores paguemos por su uso (y no poco dinero, más de 300 euros si uno se hace la primera vez). ¿Y los de las bicicletas? ¿Y los turistas? ¿Y los de las motos? ¿Qué pagan? Necesitamos recuperar la verdadera esencia de la Bardena, sujeta en la memoria. Aquella que nos llevó a nosotros a ser felices y quizás, si lo hacemos bien, lleve a nuestros hijos a serlo también.

Ángel Moracho Jiménez

Publicado en diariodenavarra.es


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