Territorios de perdiz roja
Los páramos manchegos, con sus características y sus aprovechamientos del suelo hacen de ellos un auténtico paraíso para la reina de la caza menor. Alternantes de viñas, cultivos de cereal, barbechos y monte aportan tanto alimento como refugio a las perdices, que año tras año son cuidadas con mimo tanto por cazadores como por guardas, para que, amén de las inclemencias consigan salir adelante.